Wednesday, June 27, 2012

psik, más moderno

2012 Psiquiatra. La historia con el narigón de N.York es bastante más divertida. A ver.

Por supuesto, con mi depresión bajo control, medicada, claro. Y ahí le cuento de mi hijo Gastón y el desastre que fue (ahora el niño está en Brasil en un curso de Economía, en abril tiene que dar dos seminarios, uno en Oxford y otro en Barcelona, y mandó las solicitudes de admisión al doctorado en las dos universidades. No lo puedo creer. Sentó cabeza, o sea 'puso la cabeza en el lugar del culo', ya que no le veo otra interpretación al dicho).

Y Flora, mi hija, que anduvo con otro ataque de chifladura (sale a la madre) y no salía de la casa más que para ir a comprar comida de vez en cuando, pero ahora me cuenta que un día tenía hambre, la casa estaba pelada, y se hizo una sopa de agua con kétchup, porque no podía ni vestirse para bajar al supermercado... En fin. O sea 'najes fun kinder' (alegrías que dan los hijos. No puedo traducir bien 'najes'). Y el psiquiatra que la atiende en N.York le dijo que aparentemente tenía ADD (attention deficit disorder) y yo creo que no es eso sino todo lo contrario (!!!), pero a ella le pareció bien el diagnóstico y toma una cierta medicación (por lo que llegó a pesar 42 kilos)...

Mi psiquiatra, que obviamente NO conoce a Flora y todo lo que sabe es a través de mi interpretación de lo que ella me contó - o sea que no tiene que creer en absolutamente nada - , me dijo muy preocupado -“pero el psiquiatra de ella se equivocó! Flora no tiene ADD!”- y lo miré medio riendo y le dije que -¿cómo sabe?- que esa era mi opinión, pero que me la guardaba en el bolsillo porque no puedo saber si es verdad y no puedo decirle a otra persona – y sobre todo a una hija- que su psiquiatra no ‘me’ sirve y que se tiene que buscar uno nuevo. Y para explicárselo, agregué -“Ah, sí, y Ud. ¿se animaría a decirle a alguna de sus propias hijas que tiene que cambiar de psiquiatra? ¿Y piensa que ella le haría caso?”- Y ahí pensé que el ejemplo era malo, porque tal vez los hijos de él, dado que el propio padre era psiquiatra, en estas cuestiones le darían algo más de pelota que los míos a mí.

Pero él no entendió mi 'Ud. se animaría a decirle a su hija ...algo?' y reaccionó de manera extraña, con un -“No, yo no tengo hijos. Todavía”-. Lo miré con un 'y a mí qué me importa'. No le pregunté más nada, pero él igual reaccionó diciendo "Pero estamos tratando de quedar embarazados". Le contesté "Felicitaciones y adelante!" con tono totalmente irónico, (hasta en inglés) y él creyó entender vaya a saber qué y me dice 'Ah, no, es que mi esposa es mucho más joven que yo!' (nunca se me habia ocurrido ni siquiera pensar en qué edad tendría él, ni sabía si estaba casado, ni me importa en absoluto).

Como lo veo una vez c/4 meses (para rellenar la medicación y nada más, porque ya desde hace 7 años que no caigo en pozos ni en ataques de rabia ni me preocupan demasiado las cosas que fallan, ni lo que hacen mis hijos cuando la cosa no pasa por mí), la vez siguiente me olvidé, y como 12 meses después, delicadamente, le pregunté si le había servido de algo el régimen de 'estamos tratando de quedar embarazados', y muy contento dijo que sí, y que ya tenían una niña de 3 meses, que la mujer había quedado embarazada enseguida, cosa que lo sorprendió mucho y alivió a ambos... y que ahora comprende un poco mejor a los pacientes que vienen y se quejan de que no pueden más con un bebé en la casa. Tanto detalle me dio un ataque de risa, y le volví a recalcar, delicadamente, que poco me importaba, pero me reí tanto que debió haber pensado que sí, ya que un par de sesiones más adelante, me alegró la vida explicándome que ya estaba el segundo en camino.

Y ahora tiene dos niñas y se duerme durante las sesiones. Los pacientes nos lo tenemos merecido.