Monday, February 7, 2011


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Por lo menos sabemos castellano

Si no, tendríamos que estudiar disparates así:

b) Si la condición se refiere al pasado, la prótasis va en pretérito pluscuamperfecto o antepretérito de subjuntivo y en la apódosis se emplea este mismo tiempo, preferentemente la forma en -ra, aunque también se admite la forma en -se: Si hubiera/hubiese tenido dinero, me hubiera/hubiese comprado un coche; el condicional compuesto o antepospretérito: Si hubieras/hubieses estudiado, habrías aprobado; o el condicional simple o pospretérito: Si hubiera/hubiese terminado los estudios, hoy tendría un trabajo mejor. También en este caso debe evitarse el empleo en la prótasis del condicional compuesto o antepospretérito, que se da, como ya se ha indicado antes (→ a), entre hablantes de algunas zonas de América y del norte de España: Si lo habría sabido, te lo hubiera dicho.

Diccionario panhispánico de dudas ©2005
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

sueños

Asunto: ufa, sueños


Ahora tengo sueños diferentes. Hoy me desperté agitada porque estaba soñando con algo y ahí esperábamos que llegaran los "totovantes y monticones" - y no pude recordar si esos eran buenos o malos-, pero sabía que vendrían. Y dentro del sueño me dije a mí misma "Tendrían que llamarse totovones y monticantes", cosa que me hizo reir muchísimo. Así es.

Nada, que me desperté, y esas palabras no sé de dónde cuernos salieron, no representan nada que se me ocurra, no están en la internet, y no las leí.

Pero que se vienen, se vienen, ¿eh? ¡miren que sí, se vienen!

Carta de parientes de mi vecina (Kaganove)

Asunto: aquí va en castellano, la carta de la abuela de mi vecina


Esto no es un chiste. Es una carta real que tengo delante de las narices. La escribió la abuela de mi vecina (en Polonia) al padre de mi vecina (que ya estaba en los EEUU, después de unos años en Argentina). Está en idish y ella la hizo traducir al inglés por alguien que se dedica a esas cosas, ya que la letra cursiva en idish, yo no la pude entender. Aquí la traduje al castellano, tratando que no quede con demasiado aspecto traducido, pero no es fácil. Esa abuela solamente puede entenderse leyéndola en idish). Por un lado me hizo reventar de risa, y por otro, la tristeza es feroz. El hermano de mi vecina cumplió hoy 82 años y el niño que aprendió a decir 'bobe' es él. Con eso se puede calcular la fecha, má o meno (1928?). Esa abuela vale oro.

Por las dudas, D...s es Dios, que en idish es g..t y en inglés G..d.
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Les deseo mucha felicidad y alegría, a mi querido hijo Nisl, a mi hija Minke, y a mi querido nieto. Que vivan bien y en paz. Queremos decirles que nosotros estamos, gracias a D…s, bien y rogamos poder escuchar buenas noticias también de Uds. Ahora, hijos míos, les tengo que decir que hemos recibido su postal del 19 de enero y con gran alegría leímos que Uds. están todos bien, porque hace ya mucho tiempo … muchas semanas han pasado desde la última carta que Uds. mandaron. Queridos hijos, le agradecemos a D…s que Uds. estén bien. Supongo, queridos hijos, que tendré que acostumbrarme a recibir cartas con menos frecuencia. Así es como son las cosas para los que mandaron a sus hijos a América; tienen que sufrir esta dolencia. Querido hijo, tú dices que no has recibido carta nuestra en 2 meses. Es totalmente posible, porque hace ya 3 meses que no recibimos cartas de Uds. Créanme que yo no hubiera dudado en escribirles una carta, pero ¿por qué, hijos míos, les tengo que escribir si no sé nada de Uds.? Uds., mis queridos hijos, tienen mucho más (temas) para escribir, pero no escriben. Así que, ¿qué les puedo escribir yo a Uds.? ¿Qué puede interesarles? Acá, gracias a D…s, todo está igual. El tiempo está detenido. Nada mejora ni empeora, de modo que no sé qué es lo que mis hijos quisieran que yo escribiera. Si yo tuviera una carta de Uds. les contestaría con gran placer. Pero es un hecho, que no necesito escribir y que escribo muy poco, así que ¿por qué debo castigarlos a Uds., mis hijos, por escribir tan poco? Uds. probablemente no pueden escribir más. Yo sé que América no es Khomsk, y que cada uno tira para su lado. Esto me da realmente poco placer y me molesta un poquito; me enoja. Me preocupo por muchas cosas, pero no hay nada que yo pueda hacer. Mis años buenos ya se fueron, pero, mis queridos hijos, si Uds. pudieran escribir más a menudo, al menos unas pocas palabras sobre su salud … Después de todo yo soy su madre y la angustia me parte el corazón. No hace falta decirles qué bobos son todos los padres. Estoy segura que Uds. entienden. Mi hijo, dices que tu hijo ya dice ‘abuela’. Una vez yo también estuve así de contenta. Era igual para mí. Yo también estaba embobada (acerca de mis hijos). Quedaba encantada con cada expresión de mi hijo. ¡Y cómo sufro ahora! No veo nada ni oigo nada. Ya no es como solía ser. Así es como es el mundo. Algunos piensan que así debe ser, pero yo no lo siento de esta manera, y siempre sufro. Cuento los días y las semanas de correo a correo. Cuando recibo una carta, me siento mejor, pero cuando no recibo nada, una nube negra cuelga sobre mí, y está oscuro vaya donde vaya y haga lo que haga. Mi cabeza no está despejada y cuando estoy en la cama es como si hubiera una tormenta y eso es por causa de mis constantes pensamientos. Y ya no veo bien. Todo esto es gracias a mi destino, y solo D…s sabe el futuro que me espera. Simplemente no me puedo acostumbrar (a las cosas tal como son – borroneado en el original). No puedo creer que las fantasías que tuve, ahora me traicionaron. Nunca tuve sueños de grandeza. No construí castillos en el aire, pero nunca me imaginé que experimentaría lo que estoy viviendo ahora. Todavía tengo un pequeño sueño, pero no es más que una utopía. Mi único consuelo son sus cartas, pero, desafortunadamente, no he recibido una carta de Itsik desde hace 3 semanas. Camino con pies que no parecen míos, porque pasé más de una noche de insomnio. De Uds. recibo muy pocas cartas, pero de Itsik solía recibir una cada dos semanas, pero ahora ya pasaron 3 semanas y ni una palabra. Si D…s pudiera contestarme y (decirme) por qué me merezco esto, - estar siempre asustada. Hasta cuando me puedo dormir, tengo unos sueños tan extraños que me asusto hasta en sueños. Pero la gente dice que cada ovillo de lana tiene un fin. Tal vez la noche negra que estoy experimentando también va a llegar al final. Mi hijo, escribes que tú estás angustiado. Cálmate, hijo. Acá no hay nada nuevo. Me pides que te diga la verdad acerca de mi ojo. Quiero decirte que estuve en Pinsk hace 2 semanas, pero desafortunadamente, no conseguí nada allí. El doctor me dijo que volviera en 3 meses. Si yo hubiera ido tan pronto como comenzó el dolor, la operación podría haber sido más fácil. Podrían haberme ayudado, pero ahora, D…s sabe qué pasará. No pudieron hacer nada por mí, porque se está desarrollando una catarata y recién ahora está empezando a crecer, de modo que no pueden hacer nada. Me dijo que volviera dentro de 3 meses. Ahí van a ver si se puede hacer algo, y si sienten que no, me mandarían a Bialystok, porque ya pasó mucho tiempo. No veo nada con ese ojo. Me dijo que no me asustara, que todo va a estar bien, y que algún día podría ver con ese ojo. Mientras tanto, me dio gotas para el ojo bueno, para que esté sano y porque ambos ojos están conectados al mismo nervio. Esto es lo que logré en estos momentos. Ahora, hijos, ¿qué más puedo escribirles? Díganme cómo están de salud y cómo pasaron el invierno. Díganme si el tiempo allá es muy frío, y cómo está mi nieto. ¿Ya camina? Me pone contenta saber que ya dice ‘abuela’ (Bubbe). Me hubiera gustado darle algo lindo, como les di a los hijos de Sora, pero desafortunadamente … Ahora te mando saludos, Minke. Mándame saludos alguna vez y dime cómo estás. Saludos de los demás. Gitl también les manda saludos. Sin novedades por acá. Todo está como era. Que estén bien y tengan alegres vidas con buena fortuna. Esto es lo que les desea su madre y abuela. (Besen) a mi nieto de parte mía. Le mando saludos a Elye y a su esposa. Cuéntenme cómo están. Les voy a escribir directamente en un par de días. Les mando (a Uds.) nuestra foto. Demoró solamente 5 minutos. Hubo un fotógrafo por aquí y pasó todo un mes. No está mal, pero tal vez se arruine antes que les llegue a Uds. Bueno, que sea lo que sea. Creo que Elye va a estar aquí para el seder, y vamos a tratar de mandarles a Uds. otra foto, incluyéndolo a él, pero tal vez eso sea muy difícil. Tal vez ni les llegue. Estén bien. Tengan un Passover kosher y feliz.

(Ahora viene una página enviada por la otra hija de la abuela de mi vecina, o sea la hermana del hijo que ya estaba en los eeuu, y que vivía cerca de Chicago)

Ahora les quiero mandar saludos a mi hermano, a mi cuñada y a mi sobrinito. Que Uds. siempre vivan felices. Recibimos la postal y les agradecemos que nos recuerden. Por favor, escriban más a menudo. Me alegra que mi sobrino ya esté aprendiendo a hablar. Enséñenle a hablar idish, aunque él tenga un nombre inglés. Yo de veras leí en un diario que con el tiempo, el idish en América va a desaparecer. Es una vergüenza para judíos como nosotros (o ‘para nosotros, los judíos’). Creo que esto no es para reírse. Ahora, ¿qué más puedo escribir? Un hombre joven, casado, hoy murió. Minke, tu vecino Leyzer Aron, falleció. Ahora, Nisl, te quiero contar algunas novedades: Moyshe Lereynes se comprometió – que no te pase a ti (esto no se entiende). Se casa con una chica de Kobrin. Es linda y tiene una dote de 150 dólares. Después del casamiento, viajará a Palestina. La semana pasada Yishmael, el hijo de Velvl Hellman, con Yente, se fueron a Palestina. Este jueves, el hijo de Berl se va para Argentina. La gente está emigrando de Khomsk. Ahora, mis queridos, ¿qué puedo escribir? Por favor, no se rían de nuestra foto. Tomó solamente 5 minutos. Uds. saben que en Khomsk no podemos conseguir nada mejor. Por supuesto Reyne, la hija de la tía Rikl, es más bonita que yo (ni idea de a quien se refiere). Este sábado recibimos postales de ella. Es muy linda. Estén bien. Besen a mi patriota estadounidense solamente en idish, o sea denle un beso idish. Felices fiestas.

Tu hermana Rikl.

Hígado y calSio

Hace unos meses, mi hija estaba por acá y me pidió una carterita como para ir a una fiesta. Rebusqué y encontré una que había hecho mi mamá, a crochet. Se la di, y adentro de la cartera ella encontró un monedero (báitele) viejísimo y ajado. Hoy lo abrí y encontré adentro un papelito. Decía lo que ven en el adjunto (la letra no es fácil de descifrar).

Higado y calsio (así, con s)


La teoría de esa combinación de medicamentos era que 'el hígado me daría hambre' (!!!???) y el calcio nunca venía mal y además hacía el líquido menos espeso, aunque demoraba el doble en entrar. Me enchufaron tanto hígado y calcio, que yo ahora debería pesar 200 kilos y no tener osteoporosis...

La trifecta de los médicos de la mutualista que más veíamos eran : Dr. Marcos Cureñe, Dr. Queroile, y Dr. Mendl Svárez. (Marizcurrena, Queirolo y Suárez Meléndez).
Pregunta a mis amigos del Zhitlovsky: ¿Se acuerdan de esto? no sé si le pasaba a toda la gente del club o solamente a mí, pero c/vez que yo tenía que ir al médico, mi mamá al final decía : "Dr., quiero que le recete 10 inyecciones de higado y calcio". Y los hijos de puta de los doctores, asentían. Se vé que en el 87 (del otro lado del papelito escrito está la fecha) ella siguió pidiendo lo mismo, para sí misma, supongo.

elisa

De la MutaRalista

De la MutaRAlista (agradezco que al leerlo incluyan las r guturales – que escribo con R mayúscula, tal como la pronuncian los hablantes de idish.)


Si bien admiro el tesón conque los miembros de la colectividad tuvieron que aprender castellano, sin profesores ni tiempo libre ni recursos necesarios, tampoco puedo evitar reirme de la pronunciación de algunos de los personajes. Por supuesto, algunos tenían más problema que otros, y no siempre era posible entenderlos bien.

Dada la hipocondria de la colectividad, la Mutualista Israelita del Uruguay (ahora MIDU, pero siempre la ‘MutaRalista’), era un lugar natural para relaciones sociales. Todos los socios se conocían entre sí y los médicos tenían que aceptar la idiosincrasia de los pacientes. Más pacientes ellos que la clientela.

Ya conté antes cómo mi mamá se las arregló para que le mandaran un electrocardiograma. Mi hermana trabajó años como empleada del lugar y juntó una serie de anécdotas que, lamentablemente, no quedaron escritas. Veremos cuáles recuerdo, con la ayuda indispensable de amigos que también tienen sus recuerdos. (Sobretodo Leonardo, cuya hermana trabajaba allí junto con la mía). Las muchachas que trabajaban allí eran ‘Clara, Rosita, Chana e Isabel’. Cada una con su vida particular, pero en realidad, a todas les gustaba el trabajo. Buen ambiente, nada particularmente estresante. El único requerimiento era que supieran hablar idish, dado que muchísimos de los clientes no sabían suficiente castellano.

En una época tomaron a otra empleada recién casada con un personaje conocido (me salteo el nombre, porque no interesa, realmente), que tenía algunos problemas con la realidad. Al poco tiempo de estar allí, le contó a todas las chicas que su marido se había enojado sin necesidad. Que a ella no le gustaba la terminación brillosa de sus muebles nuevos, por lo que agarró una Gillette y raspó cuidadosamente ese lustre. Y siguió sin entender el enojo de su nuevo marido.

Como el mostrador quedaba en un primer piso, una de las diversiones de las muchachas consistía en mirar desde arriba y ver las cabezas que empezaban a aparecer desde el piso de abajo de la escalera. Con eso, apostaban a ver quién reconocía a la paciente de turno. Nada de esto es gracioso, salvo que siempre se equivocaban con las mismas personas, tomando una por la otra. Esas personas eran : mi mamá, la madre de Leonardo (mi ex -marido) y una tercer señora que aparentemente fue novia o amante de mi papá durante muchos años. A veces esto me parece altamente incestuoso. Pero desde arriba eran claramente idénticas.

Las anécdotas son cortas pero inolvidables. Enormes grupos de gente esperando que ‘las muchachas’, anunciaran el nombre del médico de turno y la entrega de números para los pacientes. No se hacía cola, sino que c/uno recordaba en qué orden había arribado al sitio y vociferaba si alguien cometía una equivocación, real o inventada. Algún inconveniente siempre existía. Cuando algún familiar de una de las muchacha tenía que ir al médico, quedaba mal darle el número 1, porque se vería que era trampa, por lo que la costumbre era que nos dieran el No.2. Así nadie sospechaba que teníamos cuña.

Una vez, en medio del tumulto, se escuchó una voz algo profunda de mujer grandota que le decía a su marido petisito: “ JeRemías, tenme la caRteRa que voy a oRinaR”. A nadie pareció sorprenderle.

También existió una señora que fue al médico porque decía que se pasaba el día eructando. Lamentablemente, no le sucedió ni una vez en todo el tiempo de la consulta. Salió de lo más enojada pero de repente se dio vuelta, entró al sucucho donde el médico ya estaba con otro paciente, y le gritó: ¿Ve, doctor? así: ¡eeerppp! (como detalle, la palabra es idish es absolutamente onomatopéyica: ¡gRepts!

Otra historia eran las llamadas telefónicas. Si bien era difícil comunicarse frente a frente, el teléfono creaba reales traumas. Y el viejo chiste de los supositorios le sucedió a mi hermana en una de esas llamadas. Una señora llamó a protestar porque los supositorios que le había recetado el médico, no le hacían ningún efecto. Ya con el chiste en la cabeza, por si acaso le preguntaron cómo los usaba. “Los trago con leche”, aclaró la señora. Mi hermana ya empezó a aguantar la risa y le dijo que no los tomara, sino que se los pusiera en el ano. “¿En el qué?” preguntó la señora. La respuesta fue “El ano es el recto. Póngaselos en el recto, señora”. “¿Qué, dónde?”. Suspiro y mi hermana entonces largó en su impecable idish: “Shtup es arayn in hintn arayn! “Tuvo que colgar de inmediato porque todos, empleados y pacientes, estaban rodando por el suelo.

Los tres médicos más requeridos eran Mendl SváRez (cirujano, y todos querían ser operados de alguna cosa. Que te hayan dado pase a él, era cuestión de status. Y si no tenían pase, se anotaban igual para convencerlo de la necesidad de alguna cirugía), MaRcos CuReñe (no recuerdo su especialidad) y el Dr. KeRoyle, que tenía un gran seguimiento y un aura ya de culto religioso.

Aclaro que los nombres reales eran Suárez Meléndez, Marrizcurrena y Queirolo. Ni modo de lograr que fueran bien pronunciados. A este grupo se agregaba el Dr. Viana (removedor de amígdalas), el Dr. Urdampilleta, el Dr. Koziol, y varios otros selectos galenos. Dependiendo de las enfermedades que cada familia decía tener, esos eran los médicos que aparecían. Yo no conocí a muchos. Mi madre decidió que nuestra familia tendría problemas del aparato digestivo y nada más.

A este grupo se agregaba un cierto practicante – que venía a dar inyecciones a domicilio, cosa que quizás se siga haciendo en Uruguay, pero en mis años en los EEUU, aprendí que esas cosas por aquí no suceden. Ningún médico viene a verte, por más semi-muerto que estés. Te levantás y vas vos, aunque sea a pie y con una pierna quebrada. Lo único que recuerdo de ese practicante, a quien yo odiaba de todo corazón, era que me había tenido que dar varias series de antipiógenas, terriblemente dolorosas, que no suelo recordar para qué servían. Y también una enorme cantidad de ‘hígado y calcio’, que dejo para otro cuento. Lo que recuerdo es que tenía un VW, por lo que el ruidito de ese auto delataba su llegada y me daba tiempo a correr a meterme en un ropero. Nunca tuve mucha suerte. Ah, y él siempre usaba moñita y no corbata.

El tal practicante no quería recibirse, porque en realidad el sueldo que tenía no era malo y no tenía demasiada dificultad en pinchar culos. Veinte años más tarde se recibió, y pasó a ser doctor full time de la misma mutualista.

Lamentablemente tengo que agregar a la lista al Dr. Potrillo (en realidad, Portillo, pediatra) que era un asco de persona. Su habilidad para tratar niños llegaba a la exquisita tortura. Y también sus grandes errores de diagnóstico. Me arruinó los primeros 7 años de vida. Como yo vivía con diarreas (hábito que mantengo con gran honor hasta ahora y aún recuerdo a mi madre gritándome: ¡Cómo puede ser que a vos no te cueste ningún trabajo lo que para mí es tan difícil conseguir! ) el gran médico me diagnosticó ‘dispepsia’, (aún no sé lo que es), y una severa dieta de: leche varias veces por día, cáscara de pan tostado, una rajita de jamón, arroz, zapallo, jugo de carne, banana pisada, manzana rallada, sopa de sémola o tapioca y NADA MÁS. Siete años comiendo eso mismo, 4 veces al día. Por supuesto, principios de raquitismo, que es lo que me anotaron en el carnet de salud cuando tuve que sacarlo antes de ir al liceo. Esa dieta era una mierda y extrañamente a nadie en mi flia. se le ocurrió que si después de 7 años yo seguía con esas diarreas, era hora de tal vez consultar a otro médico.

La suerte al fin me ayudó, ya que el Dr. Potrillo se fue, al fin, de la mutualista. El sustituto fue el Dr. Caritat, hermano del de la poliomielitis. Cuando lo vi por primera vez y miró mi historial, casi le da un ataque y ahí dijo: "Desde ahora, ella puede comer de todo" !!!

Recuerdo lo que sentí. Se me cortó la respiración y me puse a llorar. Y entre lágrimas, pregunté: "¿fainá, chocolate y helados también? ". Jamás había probado ninguna de esas maravillas (ni siquiera una torta de cumpleaños). Y Caritat dijo: Señora, de camino a tomarse el ómnibus, antes que crucen la calle, entre a la pizzería X y que coma fainá y un helado de chocolate bien grande! (no me puedo acordar del nombre de la pizzería grande de la calle General Flores, a una cuadra de la Mutualista. ¿Era Tasende?