Tuesday, October 18, 2016

Amigos de todo el mundo

Poca novedad, pero lo puse en Facebook.


Entre las varias chifladuras generadas por haber visto una sarta de Feliz Cumpleaños, tanto en FB público, como en mensajes privados, correos y llamadas telefónicas, se encuentra el poco original descubrimiento de cuánta gente diferente podemos conocer y querer en una vida bastante larga. Los firmantes no parecen tener absolutamente nada en común, y sin embargo…


Supongo que entre una de las ventajas de haber cambiado varias veces de marido, país y carrera, se encuentra la fauna amistosa que se va creando y agregando, por esos caminos del mundo.


La gente, cronológicamente: amigos del Zhitlovsky de antes y de siempre, compañera de banco de la escuela pública, amiguísimos de la etapa de liceo y Preparatorios de Ciencias Económicas, grupo de argentinos de mi primera estadía por allá - similares a los del Zhitlovsky y unos años de Facultad de Arquitectura de Buenos Aires, vuelta al Uruguay, recontra-amigos de Arquitectura en Montevideo, segunda tanda de amigos argentinos, viaje a los EEUU y allí/aquí, extranjeros que aparecen de todos lados.


Esto último me hizo conocer lo que nunca hubiera podido conseguir por el sur. No solamente amigos de Lingüística sino gente de todo el globo que fue a Chicago a estudiar eso mismo, vaya uno a saber por qué. No parece sensato, pero los hay y muchísimos.


Así, al barrer: amiga de Burundi (sí, casi puedo explicar algo de la diferencia entre Hutus y Tutzis), montones de chinos y japoneses, seguidos por hindúes de distintas castas (en realidad, no tan distintas. Los más pobres no llegan a los EEUU), paquistaníes (y la lucha entre India y Pakistán), latinos variopintos (puertorriqueña, guatemalteco, chilenos, mexicanos y varios españoles sueltos que seguramente no se consideran ‘latinos’), brasileros (idem), canadienses, europeos de todo calibre (de la ex-Yugoslavia que pasaron de trabajar en pronombres genéricos a especificar pronombres serbios, croatas y eslovenos, cosa que no puedo distinguir ni aunque me maten), checos, griegos, rusos, grupo de españoles que adoro, gente de Papua/New Guinea, esquimales, sordos y su idioma de signos y hasta nativos quasi normales de EEUU!


Entre estos nativos, debo reconocer a los muy cercanos: un cura católico que vive en una reserva de indígenas por el norte, una agente del FBI (mujer sensacional), algunos militantes políticos de países diferentes, y la emocionante reaparición, gracias a FB, de una tanda de gente de mi infancia viviendo en lugares delirantes (Australia, Israel, Japón, etc.).


No llego a ninguna conclusión interesante salvo el asombro de haber conocido a tantos geniales personajes y la alegría de haber aprendido algo de ellos (o eso espero).

Ahora, la eterna sensación. Una vez que me miro los pies y están en el suelo, podrían estar en cualquier lugar del mundo y serían esos mismos tan poco exóticos pies. Iguales a los pies de todos.