Wednesday, January 26, 2011

2003 - Electrocardiograma

3-11-03 electro (en idish queda mejor)- esta es la versión que escribí aquel día, pero la cambié un poco en un post anterior.(para Jorge)


Mi mamá, como bien sabés, era flor de hinchapelotas. Siempre quería ir al médico y mi hermana o yo, teníamos que acompañarla. Como era prolijita, hacía una lista de sus supuestas enfermedades para mostrarle al doctor y no olvidarse de nada doloroso.

El edificio de la Mutualista era ideal para las relaciones sociales de mis padres y sus amigos. Una enorme habitación central, casi redonda, posiblemente un antiguo teatro, donde se juntaban los enfermos, esperando la llamada para entrar a los compartimientos de los respectivos doctores. Esos compartimientos estaban separados por tabiques sin la menor aislación acústica, lo que generaba una sensación de sociedad, totalmente inesperada.

Siempre había muchísima gente allí porque les daban número por orden de llegada y había que esperar en ese salón del medio. Los cuchitriles de consulta tenían puertas que abrían directamente a esa pieza central (nada de pasillos ni privacidad, por supuesto).

Al fin llegamos a Goes, sacamos número (como mi hermana trabajaba allí teníamos uno de los primeros números. No el 1 porque hubiera sido sospechoso, sino el 2, para disimular que teníamos cuña). Entramos a la sala del médico, que era de la edad de mi hermana, hijo de amigos, naturalmente. El médico puso la cara de costumbre, que era la de terror cada vez que entraba ahí una Kolodna. Mi madre y sus hermanas eran bastante famosas en ese lugar.

-Bueno-, dijo el doctor, -qué le pasa ahora, doña?-
Mi madre no hablaba, pero tenía cara de que se le notara que no hablaba. Sobre eso, no había ninguna duda.
El doctor la revisó y le dijo: -Felicitaciones, Ud. está totalmente sana-.
Mi madre lo miró mal. Digamos, mirar, siempre miraba, pero esa mirada era especial.
Sacó el papelito del bolsillo.
-Uh-, dijo el médico, -¿una carta de amor?-
Ella empezó a leer en voz alta: - mala memoria, eructos, hemorroides, corazón-.
- ¡Ay, señora, no me diga esas cosas! ¿Me llama así nomás: corazón?-
Mi madre no apreció el chiste.
- Oiga, Ud. tiene un corazón más fuerte que el mío-, dijo el doctor. -Nos va a enterrar a todos-.
-NO-, dijo mi madre, estilo proclamación de la independencia nacional.
-¿Qué?- dijo el médico. -¿Ud. cree que sufre del corazón? no, créame, está perfecta-.
-NO-, volvió a recalcar mi madre.
- ¿Sra.¿qué quiere de mi vida? Uy, no, no me diga. Ud. quiere que le mande un electrocardiograma??????-
- SI-, dijo mi madre.
- No, señora, esto no es un chiste. Ud. no lo necesita... créame...-
Mi madre lo volvió a mirar con ESA cara.
- Bueno, bueno, si insiste tanto, está bien. Vamos a ver. Le receto un electrocardiograma para que se quede tranquila-.
Yo estaba en un rincón, comiéndome la vergüenza. Miré a mi madre, que tenía en los labios una pequeña sonrisa de triunfo. Estaba guardando la receta en la cartera.

Salimos a la sala general y se oyó un galopar de gente acercándose y rodeándola.
- Y? ¿Qué dijo el médico? ¿Qué te encontraron? ¿Cómo te sentís?-
(Suspiro) - ¡Ay!-, dijo mi madre.
- ¿Qué? ¿Qué?-
(Suspiro profundo) - ¡Ya me mandaron un electrocardiograma!-.

Llantos y gemidos, besos y abrazos, portazo del doctor enfurecido, y yo en un costado, haciendo de hija mala, prometiéndome nunca más ir al médico con mi madre.

Maravilloso!!!!! No lo conocía!!!!! Qué grande!!!!!

No creo que en idish me hubiera divertido más...

Sólo te apunto una observación:

>Mi madre lo miró mal. Digamos, mirar, siempre miraba, pero esa mirada era especial.

Yo creo que querés decir:

Mi madre lo miró mal. Digamos, mirar mal, siempre miraba, pero esa mirada era especial.

Gracias por esta maravilla
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Acá me defiendo de la corrección de Jorge. En idish, por lo general, esa construcción repite solamente el verbo, y no la frase verbal completa. Yo estaba traduciendo mentalmente, tratando de mantener el original.
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