Tuesday, January 11, 2011

Consigna 5. Otro relato detallado y el 'yo' de Jorge

Consigna 5)

Por fin llegué a casa. Ahora estoy buscando las llaves enganchadas en la mochila para abrir la puerta del apto., porque la última parte de las escaleras al tercer piso sin ascensor fue una tortura. Me vengo meando encima. Así, de esa manera incontenible, que pasa pocas veces, pero que siempre empieza en un viaje en ómnibus después de haber tomado un té en un boliche del centro. Pongo la llave en la cerradura, pero siempre hay que agitarla hasta que le emboca. Tironeo de la puerta con la mano izquierda para llegar al lugarcito correcto y giro con la mano derecha a contrarreloj. Ya está, saco la llave, empujo y la puerta está abierta, por lo que entro tirando la mochila y las llaves al piso mientras pateo con el pie izquierdo la puerta para que se cierre detrás mío y marcho derechito al baño que no entiendo por qué los idiotas no los construyen a la europea, al lado de la puerta de entrada.

Como de costumbre tropiezo con la gata, que viene a buscar mimos y se escapa corriendo ante mi rapidez y gruñidos. Ay, la campera, que me dificulta los movimientos aunque está desabrochada y encima se me puede mojar si no me la saco. De un sacudón, la campera también resbala al piso, mientras sigo sin preocuparme ni de sacarme los zapatos y ya limpiaré el barro nevoso más tarde. Doblo del pasillo a la izquierda y la puerta a 45 grados del baño salvador está ahí; logro acordarme y subir el escaloncito sin romperme las narices y doblo ferozmente a la derecha. Al fin llego, de frente al water. Como siempre, giro los 180 grados necesarios para ponerme de espaldas al tal invento.

Maldición, los vaqueros. Otros idiotas inventaron esto para las mujeres. Por qué no tendrán elástico en la cintura? Me desabrocho la hebilla del cinturón tironeando con la mano derecha más allá de lo necesario, aunque duela, sintiendo esa hinchazón de vejiga tan conocida, de cuando está a punto de explotar. No puedo ni apurarme ni ir despacio, que no sé qué me hace sentir peor. El cinturón está desabrochado, me sostengo el pantalón con la mano izquierda, no por temor a que se me caiga sino para facilitar las operaciones necesarias subsiguientes: el botón me hace doler los dedos pero está libre del ojal, el cierre baja fácil si ahueco las piernas en la posición deseada, y ahora a pelear con los otros enemigos invernales de las mujeres: las medias can-can y las bombachas, que si logro pegar un buen tirón bajan juntas, aunque algo siempre se me tranca en una pierna y eso es una chanchada porque me hace perder un tiempo brutal.

Pero al fin todo va camino al suelo, a ese mismo suelo donde el zamorano con el que estamos escribiendo un trabajo sobre diptongos, por lo que siempre viene a casa, deja caer sus últimas gotas de meada, que parece que nadie le enseñó. Ya me puedo sentar saboreando el momento, pero tengo que hacer una última fuercita. Siempre me pasa cuando llego tan apurada. Me relajo y empieza a salir ese pichí calentito, calmante, aun con la vejiga dolorida, pero ya con la salvación cercana, con la respiración volviendo a lo normal, o al menos a sentir que puedo respirar sin dolor. Cae en un recorrido extraño, me recorre parte de la pierna, y oigo ese ruidito que tanta gracia me hace cuando lo escucho en los bares cuando viene del cuartito de al lado, pero que suena a Handel en estos momentos. Me acomodo lo mejor que puedo, ya que a las petisas la altura del batercló no nos favorece, pero ahora se siente como un trono real.

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7-5-99
Perfecto! He podido seguirte y verte en tan dramáticas circunstancias.
Muy satisfactorio, como diría Nero Wolfe.


Cariños, JMVL


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At 14:43 27/05/99 -0700, you wrote (no tengo el original, pero lo recuerdo vagamente.
¿Y por qué decís que los personajes deciden?) ¿¿¿¿Tengo que dejar que se me escriba solo????

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De Jorge:


Exactamente. Es muy, muy, muy difícil escribir desde el yo. El yo más bien debe ejercer una sutil y disimulada vigilancia para cuando el otro se divaga demasiado, aunque a veces hay que dejarlo que se divague demasiado y ver hasta dónde llega.


Besos, JMVL
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En el 2000, me volvió a aparecer lo molesto de 'tener que escribir' tan detalladamente y lo volví a consultar con Jorge.

At 00:10 18/05/2000 -0500, Elisa wrote:
>Mmm, eso fue lo que pensé con el trabajo aquel de redactar algo insoportablemente detallista. Ese que decís que la gente suele odiar. Yo, al menos. Y sentí que lo escribía así. Que vos me hacías escribir así, digo. Por eso comenté que le enseñaste bien (a X). Sentí que no podía hacer aparecer mi personalidad.

De Jorge:
Creo que ninguno de los alumnos del taller virtual ha entendido ni entiende lo que no me canso (o sí, me canso) de repetir: que los ejercicios no son reglas de escritura, sino un medio de conectarse con la imaginación. Que no hay que escribir así, al menos no obligatoriamente, cuando se hace literatura. Que los ejercicios son ejercicios y nada más, y que no sólo sirven para después aplicar lo adquirido (o sea: contacto con la imaginación) a la literatura, sino a cualquier actividad, artística o no, que requiera imaginación. Es cierto que algún ejercicio pide un exagerado detalle, pero si seguís avanzando en el curso verás que después aparece una ilimitada libertad para escribir, y que a esa altura tendrás una imaginación más accesible y un estilo personal más desarrollado y maduro.


:-q


(este emoticón te saca la lengua).

De Elisa:
At 17:18 18/05/2000 -0500, you wrote:
 ¿cómo se sigue avanzando en el curso virtual? si desaparecieron los ejercicios...

De Jorge:


La que desapareciste fuiste vos, me parece, cuando se te hizo bolsa la computadora.
Hay dos formas de avanzar: una, repitiendo el mismo curso a un nivel de exigencia mayor (desarrollos más largos, etc.), otra, empezando un nuevo curso con consignas distintas, más avanzadas.
También podés repetir el primer curso al mismo nivel, ya que no hace mal, instruye y divierte, y por otra parte algunas cosas te costaron, como las que generaron tu crítica.


J.


>b) :-p, que así saca la lengua para abajo que :-q se relame los
>bigotes hacia la izquierda y :-d hacia la derecha.
>
>:-b
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