Monday, December 27, 2010

2000 + autorretrato

Paso a explicar.
De chica, mi nombre era 'flaca inmunda' o 'petisa asquerosa'. Respondía a ambos, sin distinción. Lo de petisa, no tuvo arreglo. Lo otro, a partir de los 30 años, más o menos me empecé a rellenar. Esa fue mi mejor época, en la que tenía que patear candidatos a diestra y ... diestra. Las feromonas andaban alzadas.

Y con el tiempo, ¿qué pasó? bua, la maldita ley de la gravedad, eso pasó... (los que me conocen pueden irse a dormir una siestita y volver cuando los demás terminaron de leer, ta?) Y claro, la comida. Como que ahora los amigos me conocen como 'la gorda Elisa'...

Recuerdo haber contado ya lo de la papada. En días de viento, se pone realmente molesta. Paf, cachetada a un lado, paf, cachetada al otro. Decidí resolverlo, tratando de inventar un, digamos, soutien para papadas. Un soutien monotetista, digo. Pero no quedaba bien. Que las puntillitas me pinchaban, que el encaje era ordinario, en fin, problemas de manufactura.

Hete aquí que hace ma o meno una semana, encontré la solución tan buscada. La tanga !!! eso que nunca usé es perfecto para mis necesidades. Basta acomodarla de manera de colocar la cuerdita fina, la que se mete normalmente entre las hemorroides, en el cuello, o sea un poco más arriba y al frente; exactamente vertical en el centro del pecho y voilà, de una papada, quedan dos! Para eso, un Patty Collins cualquiera resuelve el problema. Me pongo un soutien, me lo abrocho atrás, como a la altura de la nuca y queda solucionado el sistema.

Claro, se van a preguntar, cómo hace para que el tal soutien no se entrevere con las tetas? fácil, como me llegan a la cintura me ato un elastiquito alrededor para que no se bamboleen demasiado y listo el pollo. Ah, pero la barriga? No hay problema. Cae en cascada y me tapa las partes pudendas. Y todo lo demás sigue hacia abajo. Ah, la gravedad.

Los muslitos me tapan las arrugadas rodillas, esas que se me gastaron al trabajar en temas como 'diptongos comparativos en inglés, español e idish'. (si, si se creen que eso no es trabajo duro, es porque nunca trataron de hacerlo!!!) . Y el resto es inevitable, las pantorrillas tapan los tobillos, pero los tobillos, ah, eso duele. Tienen callos de irse arrastrando por las calles... y bueno, tendré que inventar alguna prenda de ropa interior que resuelva mis problemas. Solicito ayuda aquí.

La única ventaja es que en Chicago hay mucho viento. En días propicios - y lo son casi todos- , abro los brazos, y cual murciélago emprendo vuelo, ayudada notablemente por las fofeces de los brazos superiores. Es realmente hermoso sobrevolar esta espléndida ciudad, sin más gasto que orientar las grasas de acuerdo a la dirección del viento. Para eso estudié navegación a vela. Sencillamente, fantástico.

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